Mención del 12° Concurso “Sin Presiones” Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs

Título:  “UN  ROMPECABEZAS Y UNA CARTA

Aquí estoy en Epec, hace 18 años tratando de armar este rompecabezas.

Estoy en mi oficina, en frente mío, la foto de una persona que me mira fijo con su imponente mirada, me muevo y me sigue, me persigue e interpela, está por todos lados mirándome,  son ojos justicieros llenos de convicción inquebrantable, es Tosco, si es Agustín Tosco … A veces siento que me pregunta, que estás haciendo compañera?          Y Después de tantos años en esta empresa, tengo mi garganta atragantada sinónimo de mi hipotiroidismo,                  tengo mis tripas supurantes sinónimo de gastritis, tengo en mi páncreas  la ira contenida  sinónimo de diabetes.            La insatisfacción es tanta que se convierte en sinónimo de obesidad. Y es tan grande el deseo por que todo mejore, que aquí estoy, desvelada, llena de insomnio tratando de  armar este rompecabezas en la oscuridad entrampada. Me digo mañana empiezo la dieta, mañana dormiré temprano, mañana le haré frente a mi ansiedad y a mi excesos… mientras el presente me cachetea con una nueva muerte de un compañero o compañera…  y así supongo que de a poco los que resistimos nos vamos enfermando, creyendo que es una situación del orden privado de cada uno,  como si el hecho de tener un trabajo estable y un sueldo garantizado fuera todo para la vida de la humanidad. Pero a qué precio?

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Tengo tan presente las causas de los fallecimientos de cada compañero/a  que hasta puedo enumerarlas, “accidentes” por tareas riesgosas, ACV, infartos, cáncer, suicidios  y ahora también Covid, dicen que somos esenciales pero las vacunas llegaron primero para el sector VIP de este país.  La lógica predominante es agradecer que tenemos un trabajo  porque muchos otros no lo tienen y cualquiera moriría por estar aquí, que paradoja!…Lógicas de tontos pensar así!

Nos quieren lejos de cualquier  idea  que nos invite a soñar, que nos inspire lucha.     Así nos van llevando hacia un camino escéptico, donde todo está perdido y solo queda aguantar porque nadie se juega por nadie.

Cada muerte me desespera.En una Epec desmantelada, donde hace años que ya no hay más ingresos de trabajadores con el convenio de luz y fuerza, donde la precarización y tercerización del servicio eléctrico avanza como la metástasis de un cáncer donde el tumor es el gobierno y sus gerentes, pero nadie se anima a extirparlo…  Son las nuevas formas silenciosas  de hacernos  desaparecer. Ejercen sobre nosotros violencia institucional, laboral, psicológica, económica y simbólica, todo un combo perfecto para desestabilizar a cualquiera que tenga un poquito de sentido de pertenencia y de amor por Epec.

A veces pienso si faltará mucho o poco para mi hora. La resistencia sin combate te lleva solo a esperar y aguantar… mientras tanto encuentro en la música y la escritura mi guarida,  todos los días me va rescatando un poquito de este Titanic. Es solo una ilusión?

 

Tengo tantos compañero/as  artistas, técnicos, estudiantes  y con un corazón enorme  que niego a resignarme, de que aquí toda lucha está perdida…

¿Tendremos las herramientas y las armas en nuestras manos y no nos damos cuenta?

 

Hoy en el desayuno nos enteramos del fallecimiento de otro compañero.

Él estaba cesanteado, nos enteramos del boca en boca, en formato de rumores como es costumbre aquí, si quieres saber algo hay que salir a investigar. La desorganización es tal en esta empresa, que no sabemos dónde se encuentra cada compañero o si se fue con la jubilación anticipada que muchos tomaron de forma obligada para rescatarse de este infierno.  Ya ni siquiera  funcionan los teléfonos internos para comunicarnos, quieren que nuestras tareas salgan mal, ese es su propósito, desgastarnos y demostrar que no servimos. Es así que la empresa va resolviendo culpabilidades, y la presión es tanta, que en las tareas riesgosas le cuesta la vida a los compañeros. Así fue que estos gerentes cesantearon  sin derecho a defensa a dos compañeros con más de 30  años de servicio.

Y duele… la injusticia siempre duele…

Las políticas que conducen esta empresa son nefastas, te recargan de horas laborales, te culpan, te sancionan, te trasladan. Que te saquen de tu sector de trabajo es como si te despellejaran la piel, nos matan y ellos impunes, los odio…

También muchos compañeros/as se suicidan…aquí nadie quiere hablar de eso, es un tema tabú, pero Rosario antes de partir algo pudo escribir de lo que pasa aquí adentro. No es tabú que la tarifa de la luz es carísima por culpa de nuestros salarios así lo expresan los grandes medios de comunicación muy en sintonía con este plan privatizador dirigido para que nadie nos apoye y  que la sociedad nos odie por privilegiados.     No contrastan que  muchas familias pobres  no pueden pagar la luz, mientras a los grandes empresarios les perdonan millones de pesos en la tarifa,pero eso también es tabú, nadie lo dice.  Es tan cara la luz que una gerente se hizo dar la tarifa social son tan libres como impunes, los odio.

El objetivo de ellos es claro,  “Privatizar el servicio eléctrico del estado y exterminar su personal de planta estable”, (si no hay personal tampoco hay quien usufructúen el convenio) ambos estamos en peligro de extinción. ¿Quién salvará a quién?

Para la cúpula gerencial de Epec no somos trabajadores, somos “colaboradores” on line. La pandemia es su mejor excusa para no respetar ningún derecho, “porque a Epec se la saca adelante trabajando”,  hasta la dirigencia sindical que no trabaja hace más de 20 años corea el lema, que de ésta salimos trabajando. Mientras nos exigen  que  quieren  las cosas ya, no importa cómo, las quieren ya, no importa si te matas en una línea de altura o en una poda,  o si te fundís al frente de una computadora, quieren las cosas ya. A los administrativos y operativos nos están liquidando. Su plan es desestabilizar , ajustar, achicar y controlar para eso han instalado cámaras de vigilancia por todas partes, han puesto GPS en los vehículos, también molinetes para poder ingresar al edificio central, marcamos nuestro ingreso y egreso con huella digital y reconocimiento del rostro y como si todo esto fuera poco le agregaron policías y seguridad privada. Y a pesar de todo el miedo que nos meten, nosotros seguimos  amando a esta empresa, por su esencia comunitaria, por su tradición de lucha encendida de Cordobazo llena de unidad obrera estudiantil haciendo justicia en las calles,  animándose a cambiarlo todo (lo pienso y la piel se me eriza y los ojitos se ponen vidriosos). De tan solo imaginarlo  me foguea un hoy donde  todas las mujeres, jóvenes   y todo el pueblo estemos en las calles luchando contra toda desigualdad e injustica. Si hay algo que aprendí en Epec, es que acá todo es posible.

 

Esto se convierte en algo enfermizo donde cuesta soltar, uno ama algo que le hace daño y cuesta ver, y cuando logras poder ver, lo quieres defender y ahí entra  el mensaje subliminal…  que a esta empresa la defiendes trabajando, esa es la forma que nos impusieron para no ver, para inmovilizarnos, también para individualizarnos, nos han hecho creer que todo depende uno y la buena onda con que se mire las cosas.

Epec no es Disney, sin embargo muchos  quisieran trabajar aquí, basta con observar a los trabajadores precarizados chalecos celeste de la municipalidad, a los del servicio de limpieza, a las trabajadoras de Paicor, a las docentes suplentes, al  personal de salud, o los jóvenes de los deliverys  en todas el mayor precarizador es el Estado.

Hace poco aprendí que algunas cosas dependen de uno, otras no. Las decisiones políticas de esta empresa la toma el gobierno, él es nuestra patronal. Pero aquí nuestro dirigente nos dice, que nuestros verdaderos patrones son los usuarios, como si eso nos salvara de algo!  El usuario común es un trabajador al igual que nosotros, pero aquí  enaltecen a la figura del Patrón de estancia dando órdenes, al superior, la autoridad y lo construyen metiéndonos miedo, y nos van deformando la conciencia, enfermando la psiquis, todo se convierte un desgaste entre tantas mentiras y distorsión de la realidad de cómo debería ser y de cómo realmente es  y el cuerpo se nos va enfermando. Cuanta perversidad, no?

Quiero que sepas que el miedo nunca significó respeto y que cuando le ganamos a ese miedo todo es posible.

Todos los días analizo esto y me tildo y mis compañeros me dicen, Compañera… en que te quedaste pensando?   No les respondí nunca hasta hoy.  En un plan, siempre pienso en un plan hay que armar el rompecabezas, antes de que la cabeza se nos rompa…

Hoy con muchos esfuerzo puedo ver la realidad de arriba, es difícil encontrar un equilibrio, si te involucras te hace mal y si no lo haces también.  A veces bajo y me sumerjo un ratito en ese dolor de la despedida a un compañero o compañera que no aguantó más. Y lloro de injusticia… y aquí sigo, sobreviviendo con mi banderita de luz y fuerza  echa capa, mientras escribo lloro, por los sueños que cada vez se alejan más de la realidad pero son esos sueños los que nos levantan cada día.

Pienso en quienes conocí y a quienes no llegué a conocer  y solo me surgen ideas y más ideas en mi mente que no pueden parar de pensar en una salida colectiva… somos pocos ya, y cada vez menos… me desespera. Si se van todos  ¿con quién podré abrazar  éstas ideas, donde nos salvamos todos?

Cada compa que se va duele.

Desde la  ventana de mi oficina  recuerdo a todos los compitas que nos faltan,  y  en todos aquellos que no tienen posibilidades y juro desde el asfalto hasta lo más alto del cielo, siempre la unidad va ser en la lucha  y el odio de clase contra aquellos que vivan de la opresión y postergación humana.

Ayer a una compañera, sobrepasada de trabajo y con muchas presiones le dio un ACV, estuvo al borde de perder su vida, cuánta angustia, como lloré ese día pensando en ella y su familia… nuestros últimos mensajes por wasap me decía, que pensaba en Epec y le daban ganas de renunciar, que todo aquí adentro le parecía tan injusto, quisiera haberla podido abrazar en ese momento.

Quisiera poder romper todos los abismos entre nosotros (aunque tampoco en pandemia se pueda mucho). Es que ya no estamos todos, tampoco del todo enteros, y así un poco rotos y desarmados, siempre nos armamos cada día para arrancar con una sonrisa y ponerle el cuerpo,  pero llego la hora de parar…  Si hay algo a lo que ya muchos no le ponemos onda es al trabajo…

Parar tenemos que parar, esa es la pieza de este rompecabezas que nos está haciendo falta. Escribo esta carta por si alguien la encuentra aquí estamos armando el rompecabezas para empezar a cambiar nuestro destino.

 

Vanesa Bárcena  - Ciudad de Córdoba -  Trabajadora Empresa Provincial de Energía de Córdoba – EPEC

Mención del 12° Concurso Sin Presiones Expresión Escrita de lxs Trabajadorxs 

Organizado por el ISLyMA – Córdoba setiembre de 2021

El Jurado expresó:  Lo indiscutible que se crea en las organizaciones y/o instituciones, ese sentir ambivalente, eso saludable e insalubre que se desata y que por ahí transitamos muchas veces con esperanza y otras tantas con cansancio y desazón.

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